Mucho me temo que no, y quiera Dios que me equivoque. Vista la radicalización del Presidente y su gusto por la incompetencia y mediocridad, extraño sería que se condujera con un mínimo de ética política, que suele acompañar a la eficacia y la excelencia.
Si mantiene a Moratinos, el peor Ministro de Exteriores que se recuerda, cuestión ampliamente contrastada. Si mantiene a Magdalena Álvarez en Fomento, de la misma categoría que el anterior. Si mantiene a Bermejo, para cuya definición faltan los epítetos más adecuados, por prudencia me voy a ahorrar los que pastan en el Código Penal, nada indica que al Presidente del desgobierno le iluminen los hados y se conduzca como procede: rectificando el inmenso error que constituye implicar al depositario de la Soberanía Nacional en un negocio que pone en almoneda el Estado de Derecho.
El verá lo que hace.
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